Advierten sobre las peligrosas “Botox party” que se hacen en Paraguay
Días atrás ha saltado a la luz que nuestro país lidera el tráfico ilegal de toxina botulínica hacia el Brasil. Conocida popularmente como “Botox”, en el mundo existe una gran cantidad de empresas farmacéuticas dedicadas a la elaboración y comercialización de la toxina botulínica, pero no todas cuentan con el aval sanitario.
El Dr. Jesús Amarilla, cirujano plástico de la Unidad de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA y el Hospital de Clínicas, refirió que la toxina botulínica es un tratamiento muy utilizado en la medicina estética, que evita el envejecimiento mediante la aplicación de unas pequeñas inyecciones en las zonas de las arrugas (frente, entrecejo y patas de gallo).
Lamentó que en Paraguay, esta práctica se haya comercializado tanto a tal punto que los productos son ofrecidos indiscriminadamente a través de las redes sociales, teniendo en cuenta que al país llega una gran cantidad de botox de contrabando. “Por lo que no sabemos a ciencia cierta qué es lo llega, en qué condiciones se trae, y si cumple o no con las reglamentaciones de almacenamiento y conservación al ser un producto que requiere de una temperatura específica”.
El cirujano plástico fue enfático en afirmar que, para que una persona pueda manipular y utilizar la toxina botulínica debe tener conocimientos de anatomía y un uso riguroso de la técnica. Dijo que desde hace tiempo ven con preocupación su uso y aplicación indiscriminada. Pero que últimamente se ha vuelto una práctica exagerada, a tal punto de que hay personas que organizan los “Botox party”, en la que reúnen a un grupo de personas y se les inyecta el producto, a sabiendas de que su uso desconsiderado puede traer consecuencias como ptosis palpebral (caída del párpado superior) o estrabismo, por citar algunos.
“Si es que no se conoce la anatomía, la funcionalidad de los músculos faciales, o los lugares donde aplicar, puede causar graves problemas; de hecho, nosotros recibimos pacientes con inconvenientes por mala praxis tras la aplicación y desde hace tiempo venimos diciendo, alertando a la población de que está mal someterse a este tipo de procedimientos con gente inexperta o sin la preparación médica adecuada, porque los resultados o no son los esperados o traen consigo un problema mayor”; remarcó.
Entre las complicaciones más frecuentes resaltan la ptosis palpebral, que es la caída del párpado superior, debido a que se paraliza el músculo al aplicar la toxina en el lugar equivocado. Otro es el estrabismo o la visión borrosa, cuando se inyecta para las patas de gallo, en ese lugar hay que tener cuidado porque también puede producir dificultad diplopía o visión doble.
Los únicos profesionales médicos autorizados para aplicar toxina botulínica son los cirujanos plásticos, los dermatólogos, así como los neurocirujanos que la utilizan también para ciertas patologías.
“Es un producto que no puede ser utilizado de forma banal en cualquier peluquería, casa de estética o spa, porque representa un riesgo para la salud, más aún si el producto no está autorizado por el Ministerio de Salud”, recalcó.
Dijo que la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (DINAVISA) es la encargada de otorgar el registro sanitario y que son contados los productos autorizados para su utilización; el resto son de contrabando o de origen dudoso.
Las Toxinas Botulínicas que cuentan con el registro sanitario otorgado por la DINAVISA son: Lantonx A de 50 y 100 U; Meditoxin de 50 y 100 U; Xeomin; Botulax.
Por lo que insistió en la importancia de consultar con su médico acerca del producto a ser utilizado para el tratamiento anti arrugas. Sin olvidar que debe ser aplicado por un profesional certificado y entrenado para el efecto.