Paraguay es el mayor productor de cáñamo a nivel regional y ocupa el tercer lugar de exportación a en el mundo. Este importante posicionamiento ha logrado que la industria del cannabis con fines industriales, se expanda cada vez más a nivel país, generando importantes fuentes laborales para distintos productores. El fructífero escenario ha permitido el hito histórico de que nativos de la comunidad Mboi Jagua, del departamento de Canindeyú, sean los primeros pueblos originarios productores de este rubro a nivel mundial.
En comunicación con La Nación, Marcelo Demp, presidente de CCIP Cámara de Cáñamo Industrial del Paraguay, dio detalles del largo proceso de acompañamiento que vinieron desarrollando con la comunidad indígena. Explicó el alcance importante de este proyecto y cómo esto permitirá a los nativos poder percibir buenos ingresos y tener una mejor calidad de vida.
Familias beneficiadas
Son en total entre 30 a 40 familias nativas las que se beneficiarán con el proyecto. De resultar todo el plan así como lo tienen pronosticado, esto ofrecerá grandes beneficios a la comunidad permitiendo a su vez que cada vez más nativos se unan a la producción del cannabis con fines industriales y de esta forma salir de la situación de extrema pobreza en la que se encuentran.
“Las producción del 100% de las 10 hectáreas cuentan con la garantía de que serán compradas en su totalidad por las empresas que conforman el proyecto. En 4 meses se realiza la cosecha con una paga de 10 mil guaraníes por kilo de semilla y mil guaraníes por kilo de hoja. Para el año que viene cuando la industria de fibra se encuentre montada también se les comprará dicha producción”, resaltó Marcelo Demp a La Nación.
Proceso de capacitación
El proceso para lograr este importante salto contó con una alianza público-privada entre varias instituciones gubernamentales y las empresas industriales de cáñamo Healthy Grains S. A e Irupe Paraguay. Los nativos recibieron capacitaciones en técnicas agronómicas, explicándoles los procedimientos de plantación, cuidados y manejos.
“Fue una alianza entre el gobierno y empresas del sector privado. El Estado junto a sus instituciones ha cumplido un papel fundamental. Ambos frentes han acompañado a toda la comunidad desde el inicio del proyecto, donde se les proveyó de todo lo necesario para que puedan confiar y abrirse a este rubro que les cambiará la vida para bien”, enfatizó el presidente de la CCIP.