Un biólogo molecular argentino asegura que la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 es innecesaria e inefectiva, sobre todo en casos como los de Pfizer o Moderna que presentan una buena respuesta inmune con dos dosis. Inclusive, cree que detrás de esto habría intereses económicos de los fabricantes.
En un podcast de Spotify denominado “PCR”, el biólogo molecular y biotecnólogo argentino Ernesto Resnik analiza la cuestión relacionada a la tercera dosis de la vacuna antiCOVID y su efectividad.
El mismo explica que la primera dosis es la que se encarga de otorgar la respuesta inmune esencial al organismo ante el virus del COVID-19 y la segunda es la que refuerza a la primera, la expande y la hace “más durable” al enseñarle al sistema inmune que el supuesto “invasor” es un peligro latente al que estamos expuestos.
La aplicación de una o dos dosis han sido muy eficientes para lograr contener al virus del SARS-CoV-2 y moderar la enfermedad. En laboratorio también los datos de inmunidad han sido muy buenos, destacó el profesional.
En vista a la evidencia científica existente, Resnik sostiene que la aplicación de una tercera dosis es necesaria en muy pocos casos, sobre todo si la respuesta inmune en las primeras dosis no fue muy buena y si es que dicha respuesta recae muy rápidamente. Como ejemplo, mencionó el caso de la vacuna china Sinovac que genera un nivel de inmunidad bajo en comparación a otras plataformas.
En el caso de la vacuna Pfizer, la primera dosis ya da entre 85% y 90% de protección contra el COVID-19, refirió, mientras que con la segunda ya se alcanza el 95%. En vista a ello, cree que es muy poco lo que lograría una tercera dosis de la misma vacuna.
El modo propuesto de dar una tercera dosis de la misma vacuna, como ocurre en Israel con Pfizer, no solo es inefectivo sino hasta casi tonto, afirmó el biológo argentino en su podcast. “Si dos dosis no produjeron toda la inmunidad que debían producir, una tercera hará muy poco”.
En contrapartida, aseguró que lo que sí podría generar una más diversa inmunidad es una tercera dosis pero de otra plataforma distinta (o dicho en otras palabras, una intercambiabilidad de vacunas).
Resnik cree que detrás de este tema podría haber intereses económicos de los laboratorios ya que con las ventas de terceras dosis generan mayores ingresos. Mencionó que los ejecutivos de empresas como Pfizer o Moderna no quieren que sus acciones y ganancias caigan de manera abrupta, por lo que buscan la manera de crear una demanda.
Por todo lo expuesto anteriormente, este experto considera que las terceras dosis antiCOVID son “innecesarias, inefectivas e inmorales”. Hoy