Washington.-El ambicioso paquete de medidas (que ya contaba con el aval del Senado) recibió el aval de la Cámara de Representantes por 220 votos contra 211, lo que marca una total polarización entre la bancada oficialista demócrata y la oposición republicana, que votó en bloque por el no.
El Congreso de Estados Unidos aprobó un colosal plan de estímulo económico por 1,9 billón de dólares para aliviar la crisis generada por el coronavirus, un triunfo para el presidente Joe Biden y para un Partido Demócrata unido y decidido a avanzar en su agenda legislativa.
El paquete, que busca cumplir la promesa de campaña de Biden de salir de la crisis y reanimar la economía, fue aprobado en la Cámara de Representantes por 220 votos contra 211, sin ningún apoyo opositor, cuatro días después de haber recibido el aval del Senado.
El opositor Partido Republicano se opuso de manera unánime a la ley de estímulo económico por considerarla excesiva y llena de medidas «de extrema izquierda» que van mucho más allá que la lucha contra la debacle causada por la pandemia.
La cantidad da vértigo: 1,9 billón de dólares, el equivalente al PIB de Italia en 2020. Un monto suficiente para tener un impacto considerable en el crecimiento, según los economistas, y sobre la vida de millones de estadounidenses.
«Es una ley notable, histórica, que conducirá a una transformación profunda y permitirá avanzar mucho en la lucha contra el virus y responder a nuestra crisis económica», dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, citada por CNN.
Biden, quien cumplió 50 días en el cargo, insistió durante semanas en que Estados Unidos necesitaba «desesperadamente» estas medidas para salir de la crisis provocada por la pandemia, y prometió promulgar el «plan de rescate» apenas fuera sancionado.
La ley reúne tantas de las históricas prioridades de los demócratas que muchos legisladores del partido la consideran el mayor logro de sus carreras, y su aprobación nunca estuvo en duda pese a las exiguas mayorías del oficialismo en ambas cámaras.
El rescate es el tercero aprobado en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia, hace un año, tras el de 900.000 millones de dólares sancionado en diciembre y el de 2,2 billones de dólares refrendado en marzo de 2020, el mayor de la historia del país.
El conocido como Plan de Rescate Estadounidense incluye nuevos pagos directos de 1.400 dólares a los contribuyentes que tengan ingresos inferiores a los 80.000 dólares anuales por persona, una cantidad superior a los cheques de 600 y 1.200 que se entregaron en los anteriores rescates.
Además, contiene un rescate de 350.000 millones de dólares para Gobiernos locales y estatales, 170.000 millones para la reapertura de las escuelas, 14.000 millones de dólares para fortalecer el plan de vacunación y otros 46.000 para el sistema de pruebas de coronavirus.
También amplía hasta el 6 de septiembre las ayudas al desempleo por la pandemia, que iban a caducar el 14 de marzo; y contiene subsidios para el alquiler y fondos para programas de comida, además de para aerolíneas, sistemas locales de transporte y la red ferroviaria.
Es el mayor proyecto de lucha contra la pobreza en muchos años en Estados Unidos e incluye una expansión de los créditos fiscales para los estadounidenses de menores ingresos y con hijos.
«Dimos un paso de gigante» para ayudar a los estadounidenses, dijo Biden el sábado pasado tras la votación en el Senado de este plan, una de sus grandes promesas de campaña.
Las modificaciones aportadas al Senado bajo la presión de legisladores moderados hicieron temer una rebelión progresista. Pero el apoyo firme del senador independiente Bernie Sanders al texto negociado calmó la tensión entre los jefes del partido.
Para los republicanos, en cambio, el plan es un gasto desorbitado que elevará aún más el astronómico déficit fiscal, que roza los 22 billones de dólares.
El plan “no se centra en el alivio del coronavirus. Se centra en impulsar más la agenda de extrema izquierda», dijo el número dos de la bancada republicana de la Cámara de Representantes, Steve Scalise.
El exvicepesidente Biden recuerda sin cesar el ejemplo de la gran crisis de 2008, cuando fue mano derecha del entonces presidente Barack Obama para poner en marcha un plan de rescate económico en 2009 por unos 800.000 millones de dólares.
La primera economía mundial tuvo una contracción de 3,5% el año pasado, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, y Biden insistía en que era mejor pensar en grande para tratar de evitar una recaída.
Según expertos, este paquete millonario debería impulsar el crecimiento.
Para la Casa Blanca, esta ley «histórica» creará más de 7 millones de nuevos puestos de trabajo este año, abaratará costos de salud y salvará vidas al impulsar la vacunación contra el coronavirus.Télam.