Minutos antes de la medianoche de este martes 8 de diciembre, arrancó el espectáculo anual de fuegos artificiales dirigido sobre la parte superior de la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé, en medio de un año atípico por la ausencia de fieles a raíz de las medidas sanitarias del COVID-19.
El sensacional despliegue de material pirotécnico se inició puntualmente a las 23:55 del lunes, como se estipulaba, y tuvo una duración total de 8 minutos, abriendo así de forma espectacular el martes 8 de diciembre, Día de la Virgen de los Milagros. El evento fue captado por cámaras y transmitido a través del Facebook y canales de aire de todo el país, de modo que los feligreses, que acompañan las fiestas marianas desde sus viviendas, puedan apreciar el fenomenal show de luces.
Esta modalidad fue implementada en razón a la prohibición del Gobierno Nacional de la asistencia de feligreses hasta la Villa Serrana para evitar la expansión masiva del COVID-19 en territorio nacional.
Cámaras profesionales y el dron del equipo de La Nación instalado desde tempranas horas del lunes en el corazón de la capital espiritual de la República, cubriendo todos los pormenores de la atípica edición de las fiestas, logró captar la maravillosa ponencia de fuegos artificiales en el cielo cordillerano.
Francisco Deggeller, el encargado del show de luces artificiales, explicó a La Nación que la cantidad de pólvora utilizada para el luminoso evento asciende a 800 kilos. Refirió que se trata de fuegos artificiales dirigidos por un programa informático de diseño pirotécnico.
Este año se eligió una paleta de colores diferente a otras ocasiones, según refirió Daggeller, al momento de destacar que son 10 personas las que se encargan de todos los pormenores para que el show de luces se realice exitosamente.
“Es que es la misma temática cada año. Esta es la décima edición. Cada año hacemos la revisión previa de todos los elementos a ser utilizados, tales como los controladores, aparatos, mesas, todo para que marche bien”, refirió.
Todos los pasos de este procedimiento se encuentran minuciosamente cotejados para su efectiva realización. No obstante, para la seguridad de los presentes se tiene la cercana e inmediata asistencia de bomberos voluntarios y de la Policía Nacional.
Teniendo en cuenta que este año no se tendrá a una multitud de feligreses en los alrededores de la Basílica, Deggeller comentó que los fuegos fueron direccionados hacia otra dirección, para que las cámaras, que captaron el momento, pudieran acceder a la mejor perspectiva del despliegue.
Por último, el encargado del procedimiento resaltó que esta iniciativa la realizan a modo de promesa con el Sr. José Bogado, dueño de una empresa de pirotécnica de Caacupé, todos los años, para sellar una extraordinaria postal y que la gente se funda con los recuerdos del despliegue de luces. LA NACION