Negocios tuvieron en marzo merma de -7,6% y el dinamismo de la economía duplicó su índice de retracción respecto a febrero. Agricultura, industria y generación de energía encabezan el bajón.
La economía paraguaya arrancó el 2019 con magro desempeño. Las condiciones climáticas adversas golpearon fuertemente a la agricultura, la generación de energía eléctrica y las construcciones, mientras que la industria tampoco logra levantar vuelo.
El Banco Central del Paraguay (BCP) informó que el Indicador Mensual de la Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) duplicó su nivel de caída en marzo último respecto a febrero (ver infografía), al ubicarse en -4,6% en el comparativo con el dinamismo observado un año atrás. En la variación acumulada al cierre del primer trimestre del 2019, este cálculo revela una merma de -2,8%. En marzo de 2018, estos índices se encontraban en -0,1% y 2,3%, respectivamente.
Las ventas tuvieron una caída aun más brusca, de -7,6%, en su nivel de actividad respecto a marzo de 2018. En el acumulado del año, por su parte, la retracción es de -2%. De esta manera, el Estimador de Cifras de Negocios (ECN) ingresa también a la senda negativa, pues en los dos primeros meses del 2019 venía creciendo, aunque moderadamente, para desembocar en una variación acumulada de 1,3% hasta febrero.
En el informe IMAEP, el BCP destaca los efectos de la pasada sequía en la producción de soja tempranera; y de las abundantes lluvias, en la tardía. Agrega que el menor caudal del río Paraná sigue disminuyendo el nivel de generación de energía eléctrica y que las actividades de la construcción fueron perjudicadas desde la ejecución de obras, también como consecuencia del clima.
La producción de carne, bebidas y tabaco, aceite, químicos, rubros relacionados con la construcción (minerales no metálicos y metales comunes), textiles y prendas de vestir y productos lácteos constituyen los componentes del sector industrial que experimentaron una caída en su nivel de actividad, en marzo pasado. El sector terciario fue el único en lograr resultados positivos, especialmente por el impulso de los servicios gubernamentales y a los hogares, intermediación financiera, telecomunicaciones, hoteles, restaurantes y servicios a las empresas, añade el BCP.
En este segmento, la excepción fueron el comercio y el transporte, que también sufrieron un menor dinamismo. En la industria, solo se salvaron la producción de papel, cueros y calzados, y los resultados negativos en el sector agrícola fueron parcialmente atenuados por las variaciones positivas en la producción de arroz, maíz y mandioca.
El IMAEP, que excluye a la agricultura y binacionales, registró una variación interanual de -2,3%, acumulando una variación de -0,3% al mes de marzo de 2019, sostiene el BCP. Según el ECN, la reducción de ventas se sintió tanto en el sector manufacturero como en el comercio y los servicios. Bebidas y tabaco, aceites, lácteos, productos metálicos, metales comunes, madera, molinería y panadería fueron los rubros golpeados en la industria, mientras que en el comercio mostraron desenvolvimientos adversos las ventas de vehículos, combustibles, prendas y productos para el hogar.
La reducción de proyección del PIB se extiende al 2020
El menor optimismo en cuanto al desempeño económico esperado para el país, ya instalado para el 2019, contagia también al próximo año. Los agentes de mercado ajustaron sus proyecciones de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) para el presente ejercicio de 3,7% a 3,2%; y para el 2020, de 4% a 3,9%, según el informe de Expectativas de Variables Económicas (EVE) correspondiente a este mes, elaborado por el BCP.
Miguel Mora, economista jefe de la banca matriz, explicó que el menor optimismo para el 2020 se debe a la ralentización del dinamismo que se está viendo actualmente en los diversos sectores, incluida la industria, aunque reiteró que esperan un efecto rebote de la agricultura en la segunda mitad de este año, luego de la caída de la producción resultante de la campaña sojera 2018/2019.
Los encuestados por el BCP no prevén que esta entidad brinde otros impulsos al mercado, al menos desde la tasa de política monetaria, pues pronostican que la cifra se mantendrá en 4,75% hasta el año que viene. En cuanto al dólar, consideran que a fin de año la cotización cerrará en G. 6.400 y que en el 2020 seguirá subiendo, hasta llegar a G. 6.500. UH