Con la inversión destinada al proyecto de Modernización y Tecnificación de la Agricultura Familiar se estima que se duplicará el retorno para los campesinos beneficiados por el programa, teniendo en cuenta los resultados de la fase anterior, de acuerdo a la estimación de la Oficina de las Naciones Unidades de Servicios para Proyectos-UNOPS, en Paraguay. La ITAIPU Binacional destina para este programa, USD 4.850.000, en el marco de su eje de gestión de responsabilidad social denominada Agricultura Familiar.
El “Proyecto de Modernización y Tecnificación de la Agricultura Familiar, con Enfoque de Conservación” se lleva adelante conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y Gananderìa, la UNOPS y cuenta con el financiamiento y acompañamiento de la Itaipu Binacional.
“Por cada dólar invertido en el Proyecto de Modernización y Tecnificación de la Agricultura Familiar, con Enfoque de Conservación se duplicó los ingresos a favor de las familias campesinas”, sostuvo el director de la UNOPS en Paraguay, Julio Portieles.
A modo de referencia, la Binacional destinó en la Fase 4 la inversión de USD 4.800.000 y se logró duplicar lo invertido y una mejoría significativa en la economía de las pequeñas fincas familiares, con un rendimiento positivo de 10 millones de dólares en impacto de ingreso para los pequeños productores.
Teniendo como referencia este dato, los ejecutores (UNOPS) de la quinta fase de este proyecto, impulsado en conjunto por la ITAIPU y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), y lanzado este viernes (21 de septiembre) en Cruce Liberación, San Pedro, estiman que en este nuevo periodo, inclusive, se podría superar lo invertido por la Entidad.
Esta proyección económica es posible, precisamente, mediante la modernización y tecnificación de la agricultura familiar, con el agregado de la llamada agricultura de conservación o siembra directa, que hace a un mejor manejo de suelo, con rotación de cultivos, mejor cuidado para la eliminación de malezas, insectos y reposición de nutrientes del suelo.
“En esta nueva fase que se puso en marcha, el 70% de las más de 10 mil hectáreas que se harán, tendrán un enfoque de agricultura de conservación, siembra directa, lo que significa una ventaja muy grande para los productores, porque el suelo, que es su capital para producir, se va a conservar y enriquecer. El suelo cuidado les dará mejores rendimientos”, precisó el representante de la UNOPS.
Un salto cualitativo y cuantitativo
El proyecto de siembra mecanizada generó un salto cualitativo y cuantitativo en relación con la siembra tradicional, acortando el tiempo de trabajo para preparación de suelo y de producción por parcela.
Para la UNOPS, con el uso de la tecnología, el hombre de campo ahorra 10 veces más de tiempo de lo que gastaba cuando usaba azada o bueyes, lo cual permitió diversificar su producción a otros rubros, ya sea en la cría de ganado menor: cerdo, aves, etc.
Para Portieles, “la diferencia de tiempo es abismal”, quien recordó que antes del inicio del programa, muchos de los pequeños productores que ahora son beneficiados por la siembra mecanizada, no tenían siquiera bueyes, y trabajan el suelo de manera rudimentaria.
“Sin este programa no podrían (los agricultores) establecer los nuevos estándares de siembra que lograron alcanzar. Anteriormente, trabajaban sus chacras para la subsistencia familiar; no tenían capacidad para trabajar 1 o 2 hectáreas de suelo y generar ingresos. La modernización permitió al agricultor mejorar su economía”, remarcó.
El nuevo impulso a la siembra mecanizada es el eje de acción del Gobierno nacional para la lucha contra la pobreza, invirtiendo los recursos de la ITAIPU a favor de la gente. Es así como el proyecto está en consonancia con uno de los ejes de acción de la administración del lado paraguayo, cual es el fortalecimiento de la agricultura familiar campesina.
La quinta fase del proyecto apunta, especialmente, a los departamentos con mayor índice de pobreza rural: Caazapá, San Pedro Caaguazú, Concepción y Canindeyú. También fueron incluidos Alto Paraná y Cordillera.
El programa posee sostenibilidad ambiental, de conservación de suelo, de fuentes de agua y sustentabilidad económica y social. Se busca que el campesino sea autosuficiente, que no se enfrasque en un programa de asistencialismo gubernamental, sino que genere ingresos; sea sujeto de créditos y pueda ir mejorando su producción, mediante la diversificación de rubros de cultivo.
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