La población juvenil en nuestro país es una de las más altas de América Latina, con dos tercios de sus habitantes con menos de 35 años. Sin embargo hay grandes desafíos para su participación más activa en la economía, como mejoras en desarrollo humano, educación y empleo.
De acuerdo con las cifras de la Dirección de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC), la población paraguaya es mayoritariamente joven, cerca de 5.000.000 tienen menos de 35 años y la mitad del total de habitantes, menos de 30 años. Esta franja de la población enfrenta grandes desafíos para la productividad económica, entre ellos, mejorar en la calidad de vida, educación y empleo.
Pese a todos estos desafíos, analistas destacan el hecho de tener una población joven, por ser atractiva para las inversiones. “El joven de por si es optimista, aprende rápido, es entusiasta con ánimo de progresar”, reflexionó el analista Amílcar Ferreira.
También se refirió al reciente reporte de la consultora Gallup que destaca las emociones positivas de los paraguayos. Según Ferreira, parte de este resultado se debe justamente a la población joven que caracteriza a nuestro país, además de los rasgos propios de una nación que ha enfrentado crisis muy fuertes en el pasado.
“Una población en desarrollo, optimista que tiene capacidad de afrontar crisis y recuperarse. Además, en términos económicos, nuestro país mantiene un orden, una estabilidad macro, que sin dudas son condiciones muy atractivas para las inversiones”, explicó el profesional.
Desafíos en empleo
De acuerdo con los datos oficiales, los jóvenes en edad de trabajar abarcan el 30% de la población, pero actualmente experimentan dificultades para encontrar trabajo, sobre todo de buena calidad y en su área de formación.
El desempleo juvenil en el país para el 2017 llegó al 11% (207.000 jóvenes), muy por encima de la tasa en adultos, cifras similares al 2012, lo que muestra que no hubo un avance en política de empleo para jóvenes. En cuanto a la calidad, el subempleo afecta al 26% de la población total joven, en comparación al 15% de los mayores de 35 años.
La realidad es que hay una demanda insatisfecha de jóvenes por el primer empleo y pese a los esfuerzos para conectar con las ofertas del mercado, las oportunidades laborales resultan insuficientes o bien los postulantes no reúnen los requerimientos de las empresas.
En términos de la jubilación, datos de la Encuesta Permanente de Hogares de 2017 indican que en promedio el 69% de los jóvenes ocupados no ha aportado a ninguna caja de pensiones entre el 2010 y 2017, lo que también habla de un aspecto preocupante en términos de la precariedad laboral.
Ante este desalentador escenario en la ocupación juvenil, la Organización para el Crecimiento y Desarrollo Económico (OCDE) recomienda trabajar en una conexión más efectiva de la escuela al trabajo. “En nuestros países tenemos una desconexión de lo que se enseña, frente a lo que se necesita en el mercado laboral”, advierte el organismo.
El país también enfrenta retos en la mejora de los indicadores de desarrollo Humano, actualmente nos ubicamos entre los más rezagados de la región.
Reforma en educación
“Tenemos generaciones con un nivel educativo mucho más alto que las generaciones anteriores. Sin embargo, tenemos a los empresarios que nos están diciendo que no encuentran las capacidades que buscan en un 50%”, añade la OCDE.
Otro de los desafíos es la necesaria reforma educativa para mejorar de la calidad de los estudiantes. Según datos oficiales, la deserción escolar es más frecuente en los adolescentes. Actualmente, el 21,30% en la población entre 15 a 17 años no está escolarizada (alrededor de 100.000 adolescentes).
Abc