Nuevos geoglifos descubiertos en el estado brasileño de Acre refuerzan la idea de que en la Amazonía existió una población milenaria numerosa y jerarquizada desde 2.500 años antes de la llegada de los europeos, lo que está “reescribiendo” la historia de esa región.
Los geoglifos descubiertos en la Amazonía de Brasil son figuras construidas en laderas de cerros o en planicies.Jenny Watling/Gentileza
“La Amazonía era estudiada como un pasado inhóspito, una región con poca población, y estas estructuras arqueológicas que estamos viendo aquí demuestran lo contrario”, señaló a Efe Ivandra Rampanelli, arqueóloga con maestría y doctorado en prehistoria y responsable del más reciente descubrimiento de geoglifos en Acre.
Para Rampanelli, las excavaciones apuntan a que “podría haber existido una población densa, grande, organizada y jerarquizada y eso está reescribiendo la historia de la Amazonía como un todo, está cambiando lo que antes era visto como un territorio vacío”.
Los geoglifos son figuras construidas en laderas de cerros o en planicies, usando la técnica de adición de tierra o piedras, con tonalidades oscuras de origen volcánico a manera de mosaico.
Los investigadores han descubierto en los últimos años un total de 523 geoglifos en el estado de Acre, fronterizo con Bolivia y Perú, país donde se encuentran los famosos de Nazca.
Según Rampanelli, responsable por las más recientes excavaciones, los nuevos “dibujos en la tierra” descubiertos en la planicie de Acre están asociados a rituales de los pueblos indígenas que habitaron la región antes de la llegada de los europeos.
Los primeros descubrimientos, detalló Rampanelli, datan de 1977, cuando investigadores locales encontraron ocho áreas arqueológicas. A pesar del trabajo continuo posterior, fue solo a partir de 2005 cuando las excavaciones con herramientas satelitales permitieron un “estudio sistemático” de esos lugares.
El más reciente descubrimiento en la selva amazónica ocurrió en octubre del año pasado con un equipo coordinado por Ramapanelli y que contó con la participación del español Agustín Díaz Castillo, de la Universidad de Valencia.
En julio, comenzaron a ser divulgados los primeros resultados de los estudios del hallazgo.
“Estamos muy interesados en saber qué más tiene esta área arqueológica en medio de la selva”, expresó la arqueóloga.
Para Rampanelli, al estar en medio de la vegetación se encuentran mejor preservados “que los que están en áreas privadas y que hoy en día sirven pasto para ganado”.
“Con las futuras excavaciones podremos encontrar vestigios materiales mejor preservados y también podremos hacer estudios de inventario botánico, inventario forestal, estudios de suelo, porque están mejor preservados que otras áreas abiertas que tienen áreas arqueológicas”, añadió.
Los dos nuevos geoglifos, que aparecieron por la deforestación en la región, están en la zona selvática de la reserva Chico Mendes, en Acre, y uno de ellos, en forma de círculo, tiene noventa metros de diámetro, con hasta cuatro de profundidad.
La Amazonía de Brasil y Bolivia tiene más de 800 geoglifos, 523 de los cuales están en Acre, uno de los estados más pobres del país.
Recientemente también una expedición arqueológica británica descubrió 81 aldeas de este tipo en el estado brasileño de Mato Grosso (occidente), con vestigios de cerámicas y herramientas de pueblos antiguos.
Fuente: EFE